Un pueblo olvidado en el catástrofe: Cerdanyola del Vallés
- Fırat Soğuk
- 27 abr 2018
- 2 Min. de lectura
El ayuntamiento de Cerdanyola prepararó un documental para el 50º aniversario de la rieda del 2012. Afortunadamente, no hubo muertos en Cerdanyola y como consecuencia, la prensa local se focalizó en las zonas con muertos. Por lo tanto, se olvidaron de pueblos como Cerdanyola del Vallés, que también sufrió las inundaciones.
La tromba de agua que descargó sobre Cerdanyola en la noche del 25 al 26 de septiembre de 1962, provocó el desbordamiento del río Seco. Teresa Cárceles, una testimonio de la tragedia, explicó que no pudo ir al trabajo por la tormenta y en unas horas el agua había cubierto todas las carreteras. Los torrentes provocaron la destrucción de viviendas y de terrenos agrícolas. La fábrica de bayetas que era el lugar de empleo más importante del pueblo se dividió en dos. El Ayuntamiento anotó por esos días la necesidad de reparar unas 29 viviendas, lo que supondría unas 323.000 pesetas destinadas a arreglar los daños.

Los habitantes de Cerdanyola cuando intentaron quitar los árboles de la calle (Fuente: Archivo Municipal del Ayuntamiento de Cerdanyola)
Según Ángel Soler, el responsable del archivo Municipal de Cerdanyola, una familia de Cerdanyola formada por 5 personas murió en Ripollet por el derrumbamiento de su casa. En Ripollet y Montcada i Reixac murieron 43 familias provenientes de Cerdanyola, según datos del Ayuntamiento. Las primeras medidas que tomó el ayuntamiento fueron las de facilitar un albergue provisional a las familias que se vieron obligadas a abandonar su propio hogar, facilitarles ropa y alimentos, y limpiar las casas del fango. El ayuntamiento necesitaba voluntarios para las tareas de recuperación y fueron los mismos habitantes de Cerdanyola quienes empezaron a colaborar. Nuevas inundaciones producidas por las lluvias de los días 4 y 7 de noviembre anularon la mayor parte del trabajo realizado y aumentaron considerablemente los daños y socavones en las márgenes del río Seco. El expediente del Ayuntamiento de Cerdanyola de 13 de marzo 1963, reclamaba absoluta y urgente necesidad de construcción de 300 casas para las familias afectadas por las riadas. Con el apoyo del Estado español se construyeron dos escuelas y un centro médico. Además, era necesaria la canalización del Río Seco y se puso la trayectoria natural. Los servicios de luz, agua y teléfonos fueron restablecidos por las empresas que se hacían cargo de estos suministros.
Martí Marín, profesor de historia moderna en la UAB, piensa que la política de Franco es la razón por la cual el desastre fue tan grande: “Durante la dictadura de Franco, las condiciones que vivió la gente eran incomparables a las de hoy”. Inmigraciones descontraladas causaron la falta de recursos. Muchas de las rieras habían sido construidas ilegalmente y la gente vivía en los cobertizos.
Para cubrir todo esto, Toni Álvaro y Xavi Poza, locutores de Cerdanyola radio, tuvieron dificultades para encontrar a los testimonios después de 50 años de las inundaciones. El fotógrafo local Gabriel Escursell, les ayudó mucho y sus fotos evidencian lo que pasó en Cerdanyola. El documental ha aclarado muchas cosas en Cerdanyola con la colaboración del ayuntamiento.
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