La voz de un superviviente
- Fırat Soğuk y Joel Serrano
- 11 may 2018
- 7 Min. de lectura
El 25 de septiembre de 1962 las fuertes lluvias que cayeron sobre la comarca del Vallés Occidental hicieron desbordar los ríos y, en consecuencia, provocaron la mayor catástrofe hidrológica de la historia de España. Una de las poblaciones más afectadas fue Rubí, donde se calcula que fallecieron más de 500 personas. Manuel Martín es un vecino del municipio que sobrevivió a esa fatídica noche…
Nos encontramos junto al señor Martín. Hemos visitado el archivo municipal de Rubí donde nos hemos documentado acerca de las Riadas. Allí hemos observado multitud de fotografías de la época y el agradable anciano nos ha explicado historias e indicaciones sobre cada una de estas imágenes.
Finalmente, el señor Martín nos ha acompañado a los lugares de Rubí más relevantes y más relacionados con el 25 de setiembre. Los puentes, las fabricas, las zonas más afectadas, el memorial, etc.


Entrevista a Manuel Martin (Fuente: Fırat Soğuk&Joel Serrano)
¿Cómo ocurrió?
Fue una tromba de agua que cayó en menos de media hora, que fue desde Terrassa a Rubí. Claro, como todo venía de arriba, desde Terrassa, todo lo que venía de allí pasa por aquí. Fue tan exagerada la tromba de agua… Empezó a las 21:20, o de 21:00 a 21:20.
¿Qué estaba haciendo en aquel momento?
Me despertaron porque yo ya me había echado a dormir porque, cuando yo vine aquí, con dos sacos de viruta que traje, empezaba a llover poco. Pero llegué a casa, cené y como llovía ya me fui a dormir. Pero en un momento se ve que cayó una tromba que mi madre me despertó y mi padre poniendo cubos en las habitaciones por las goteras. Había agua… exagerado. Era una tormenta pero fuerte, fuerte.
¿Usted es natural de Rubí?
No, yo venía de Calahorra de Boedo, en Palencia. Vinimos con toda mi familia y nos instalamos en el centro de Rubí. Yo había cumplido los once años en ese tiempo.
¿Cuál era la profesión de su familia?
Mi padre era hortelano se cuidó de Campalano, una urbanización que hay aquí pero entonces era una finca de payesía. Mi madre cuidaba de la casa.
¿Cómo era la zona dónde fue a vivir?
Había familias que vinieron de otras partes de España, pero en general era más catalán ya que entonces no había tanto de fuera, éramos pocos de fuera. Era más un barrio catalán.
Fue después de la riada cuando Rubí pegó un “boom” exagerado, la población se dobló en seis o siete años. El año que llegué con mis padres había unos 5.500 habitantes, más o menos. A los cinco años fue cuando pasó lo de las riadas y tres o cuatro años después pasó a 12.000 habitantes.
"Las casas que estaban cerca del río estaban hechas por las mismas personas que vivían en ellas, y esas fueron las que el agua se llevó."
¿Cómo eran las viviendas en esta zona?
Donde yo vivía era antiguo, de construcción antigua. Estaban en el plano urbanístico que seguía el ayuntamiento. Las casas que estaban cerca del río estaban hechas por las mismas personas que vivían en ellas, y esas fueron las que el agua se llevó. Los que venían de fuera se compraban un terrenito allí, que no sé cómo lo sacarían el terreno o como permitían la edificación.

Las casas derribadas por las riadas (Fuente: Archivo municipal del ayuntamiento de Rubí)
¿Qué edad tenía el 25 de setiembre de 1962, el día de las riadas?
Me faltaban tres días para cumplir los 16. Era muy jovencito aún. Creo que no había empezado a trabajar de carpintero, a lo que me he dedicado toda mi vida. Pero después de las riadas todos los muchachos queríamos ayudar pero como no teníamos 18 años no nos dejaban. Pero al cabo de unos días nos dejaron repartir Fantas y CocaColas ya que nadie lo hacía.
¿Dónde afectó más la riada?
En general en todo Rubí, pero todo el Paseo de la Riera quedó devastado. No quedó ni una casa en pie. Eran las casas que se habían construido recientemente la gente que había llegado de otras partes de España. Como era de noche había mucha gente en las casas. Pero muchos se salvaron porque fueron al cine. Los martes y los jueves había cine y era muy popular. Así que los que fueron al cine, como llovía, se quedaron allí y, como está en alto, no les pasó nada. A mi tampoco me pasó nada porque yo vivía en alto, aquí las calles suben para arriba.
La gente que se había construido su casa venía de fuera. Trabajaban en la fábrica o en la obra. Había también algunos que eran de aquí, con un apellido muy catalán. Pero eran muy pocos. Pero todos los jóvenes éramos buenos amigos, catalanes y los de fuera. Nos gustaba jugar al fútbol.
¿Qué medidas tomó el ayuntamiento?
A los supervivientes que se les había llevado las casas, el ayuntamiento les construyó unas casas de madera y fueron a vivir allí hasta que hicieron lo que se conoce como el 25 de setiembre, que es un barrio de bloques de pisos. Y allí en las casas esas de madera vivieron… sin pagar. El ayuntamiento les dio las casas que a los dos días ya estaban hechas. Allí estuvieron viviendo poco tiempo, porque yo, a mis amigos, los tenía allí. Iba algún fin de semana. No sé si al año ya tenían un piso.
A parte de esto se tardó en edificar. Menos los puentes, los puentes enseguida. También hicieron puentes provisionales. En el Paseo de la Riera construyeron uno provisional pero de peatones. Los carros pasaban por debajo, por el riachuelo. Pero como bajaba poco agua nosotros también pasábamos por allí. También, cerca de la fábrica el Vapornou, pusieron otro provisional para los trabajadores.
¿Cuánto tardaron en recuperar sus hogares?
Para tener su casa, un año. Porque las casa de madera a la semana ya las tenía más o menos. Hubo gente durmiendo, claro en las primeras noches en el ayuntamiento. Pero la semana ya estaban en las casa de madera. Después el 25, pues tardó un año en ir entrando pisos.
¿Lo regalaban o vendían?
No, a mi padre le regalaban uno y no lo quiso. Porque mi padre luchó a los órdenes de Franco. Pero nunca estuvo de acuerdo. Que la guerra es donde te pillan y a pegar tiros. El no estuvo nunca de acuerdo.
No quiso saber nada del piso porque había uno del pueblo que había sido cura, era manco y era muy franquista. Este le invitaba cada año a la noche de fin de año. Mi padre no iba porque él no iba a recordar el último día de la guerra. Porque pasaban 25 años y todos los fines de año a la cena para acordarse el último día de la guerra y no le gustaba eso.
¿Tenía conocidos que fallecieron?
Sí. Rossell, jugaba al fútbol en el juvenil… Del Árbol, con dieciséis años ya jugaba en el primer equipo del Rubí. Pero eran conocidos. Amigos, amigos, amigos no. Pero como había estado con ellos en el fútbol y demás pues… Pero amigos y familiares ninguno.

Los responsables intentan identificar un cadavre (Fuente: Archivo municipal del ayuntamiento de Rubí)
"Quedan unos cadáveres. Todos estos fueron los primeros que fueron subiendo al cementerio. Los tenían allí al descubierto. Había toda clase de poses del sufrimiento que habían tenido que pasar. Tal como estaban habían quedado."
¿Había trabajo después de las riadas?
Sí, en aquello tiempo no había crísis de trabajo. Aquí en Rubí estuvieron 3 días bajando camiones, cargando gente a Papiol porque en Papiol la riera se junta con el Llobregat. Y Papiol tenía una huerta muy amplia. Osea, toda la porquería que bajó aquí se fue para huertos y los árboles quedaron cubiertos. Llegaron a tener dos metros o tres máximo. No son muy altos pero quedó todo cubierto.
Entonces nosotros bajábamos a un bar que llamaba la Gabia la estación, montaron los camiones. Y como no teníamos los 18 años no nos dejaban. El segundo día tampoco y el tercer día "que queremos ir" y llega uno dice. "Sí, sí sube los chavales que los chavales tienen que repartir Coca Colas, Fantas y además porque la Coca Cola se ofreció a dar Coca Colas a todos los que bajaban a trabajar allí. Todos nosotros cogíamos las cajas y repartíamos entre todos. Porque había una extensión grandiosa. El huerto de Papiol es grandioso. Había gente de todos los sitios. Allí ví sacar una mujer y un niño… El niño no lo ví sacar. Te da una impresión…
Además, nosotros todos los días anteriores habiendo estado en el cementerio aquí en Rubí y claro porque la riera cuando pasó del puente de la vía para abajo se abrió porque aquello es mucho más ancho. Quedan unos cadáveres. Todos estos fueron los primeros que fueron subiendo al cementerio. Los tenían allí al descubierto. Había toda clase de poses del sufrimiento que habían tenido que pasar. Tal como estaban habían quedado.
¿Sólo llovió un único día?
Esa semana sí. Pero el 10 de octubre volvió a llover mucho. Fue una tormenta igual pero no duró tan poco. Estuvo varias horas lloviendo. Porque yo estuve comiendo en Sant Cugat que el jefe de la empresa nos invitó a comer en Sant Cugat y vinimos a Sant Cugat a las 5 de la tarde más o menos. Vinimos corriendo del tren por verla. Allí en calle Terrassa llevaba el agua. Porque estaba todo abierto otra vez
¿Fallecieron algunas personas el diez de octubre?
No, ya no había gente en peligro. Estaba todo abierto y el agua pasaba sin problema.
¿Sólo fueron daños económicos?
Exacto. Bueno, no los mismos daños económicos que el 25 de setiembre porque hacía 20 días que había pasado y ya lo había destrozado todo.
¿Franco visitó Rubí?
Él visitaba cada dos por tres, ese año vino 3 veces me parece. Vino a los dos días de la riada y hizo una promesa en septiembre para la primavera. Vino la primavera y después volvió al año. Todo lo que decía él valía pues era lo que valía…
Aquella noche pasó a la historia como uno de los episodios más trágicos de España. Las poblaciones del Vallés Occidental lloraron las muertes de vecinos, amigos y familiares. Pero con gran voluntad, los supervivientes se esforzaron para reconstruir sus ciudades y municipios. Gente como Manuel Martín, pese a su juventud, colaboraron de forma altruista. Gracias a esto, Rubí y todas las poblaciones del Vallés se recuperaron en un tiempo récord.
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